La cólera del Pelida Aquiles o como escalfar huevos sin quemarse
El secretario adjunto del PP, Ángel Acebes, consideró hoy que los errores que a su juicio ha cometido el Gobierno durante sus primeros seis meses no son atribuibles a la inexperiencia, a la ausencia de proyecto político o a la "incompetencia", sino a "engaños y mentiras".
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Alguien debería recordarle a éste tipo, Acebes, que las mentiras, si las hubiere, del Partido Socialista aún no han causado ninguna víctima; las de ellos sí, para ser exactos 192 y dos mil heridos. Que ellos no se sientan responsables y lo publiquen a los cuatro vientos no quiere decir, en ningún momento, que no lo sean. También el psicópata en sus delirios mata sin responsabilidad imbuido del mandato divino y mientras sus víctimas se desangran en el suelo se recrea en su agonía. Porque mueren por la mano de Dios, porque él es Dios.
De la misma manera Acebes se sube a los estrados, sólo que él no es el psicópata que porta el cuchillo, él es la voz en el cerebro enfermo del asesino. Y así también empuja a sus acólitos defenestrados de poder hacia la insurrección. Y de vuelta a lo mismo en cada discurso, en cada entrevista, en cuanto tiene a su alcance un micrófono. Llena su boca de las mismas frases, de los mismos apelativos perdiendo en cada sílaba la oportunidad de callar y medrar sus culpas en silencio.
Tan henchido de orgullo redentor de pobres votantes confundidos que apenas se da cuenta que a quien ahora lanza sus cuitas fueron, no hace mucho, quien le despojó del poder. Esos jóvenes que a la par que alaba en la misma frase insulta. Aunque su canto de sirena atraiga a unos cuantos y una vez presos de su melodía caigan en el pozo de la locura, la mayoría continuaremos nuestro camino. El sonido de las explosiones, el de los móviles sonando sin nadie que los conteste, el del lamento de los moribundos amputados y destrozados por la metralla; el sonido del silencio de los muertos nos ha vacunado contra su canto de náyade neofascista.
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Alguien debería recordarle a éste tipo, Acebes, que las mentiras, si las hubiere, del Partido Socialista aún no han causado ninguna víctima; las de ellos sí, para ser exactos 192 y dos mil heridos. Que ellos no se sientan responsables y lo publiquen a los cuatro vientos no quiere decir, en ningún momento, que no lo sean. También el psicópata en sus delirios mata sin responsabilidad imbuido del mandato divino y mientras sus víctimas se desangran en el suelo se recrea en su agonía. Porque mueren por la mano de Dios, porque él es Dios.
De la misma manera Acebes se sube a los estrados, sólo que él no es el psicópata que porta el cuchillo, él es la voz en el cerebro enfermo del asesino. Y así también empuja a sus acólitos defenestrados de poder hacia la insurrección. Y de vuelta a lo mismo en cada discurso, en cada entrevista, en cuanto tiene a su alcance un micrófono. Llena su boca de las mismas frases, de los mismos apelativos perdiendo en cada sílaba la oportunidad de callar y medrar sus culpas en silencio.
Tan henchido de orgullo redentor de pobres votantes confundidos que apenas se da cuenta que a quien ahora lanza sus cuitas fueron, no hace mucho, quien le despojó del poder. Esos jóvenes que a la par que alaba en la misma frase insulta. Aunque su canto de sirena atraiga a unos cuantos y una vez presos de su melodía caigan en el pozo de la locura, la mayoría continuaremos nuestro camino. El sonido de las explosiones, el de los móviles sonando sin nadie que los conteste, el del lamento de los moribundos amputados y destrozados por la metralla; el sonido del silencio de los muertos nos ha vacunado contra su canto de náyade neofascista.
2 comentarios
La_web_ona -
Saludos.
La Despa subida en su Vespa -
Es una de las personas que más mal me caen en esta vida, y verlo en la televisión me provoca sarpullido.