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LA WEB-ONA

Decálogo para hacer autopsias a entes extra-corporeos

El grupo Matutes en Ibiza, según ha sabido la Cadena SER, constituyó una empresa, bajo el nombre de Marina de San Antonio Abad, para gestionar puertos deportivos semanas antes de que el gobierno insular del Partido Popular diera luz verde a la construcción de un puerto deportivo en unos terrenos propiedad del Holding familiar Matutes.

Pues sí, es el mismo Matutes; aquel que siendo ministro de Asuntos Exteriores con el PP hizo coincidir un viaje oficial a Cabo Verde con unas reuniones, en éste país, que estaban llevando a cabo su hija y su yerno para tratar de promocionar sus negocios turísticos. El mismo Matutes que ha sido futbolista del Español, alcalde, ayudante en la cátedra de Hacienda Pública en una universidad barcelonesa, banquero, licenciado en Derecho y Ciencias Económicas y por último empresario ligado a la empresa turística ibicenca. Además de ser senador, eurodiputado, comisario en el parlamento europeo y un alto dirigente de la cúpula del PP con J.M. Aznar. Sin dejar de consignar su paso por el ministerio de Asuntos Exteriores.

Fulgurante carrera para este ibicenco de 63 años. Una carrera muy digna de alabanza
si no fuera por los sospechosos trapicheos que siempre han salido a relucir después de su paso por cada uno de los cargos que ha ejercido en tan dilatada carrera. Otros más malintencionados dirían que es todo cosa de su apellido, pero no seré yo quien vaya a un diccionario a buscar el significado de tan honorable apellido. Ahora, prácticamente fuera de la vida política, el señor Matutes nos regala con otra maravilla de la ingeniería mercantilista. O dicho en lenguaje del pueblo, “tú me das cremita, yo te doy cremita”.

Como siempre será imposible demostrar que la empresa del señor Matutes tenía información privilegiada, o que el gobierno balear ha actuado en convivencia con los intereses privados de Don Abel, pero ahí están las cosas y las consecuencias. Muchos dirán que todo se debe a la buena vista de tan afamado prócer, pero como buenos españoles que somos deberíamos de aplicarnos ese aforismo tan nuestro de “piensa mal y acertaras”.

Aunque pensándolo detenidamente es más que probable que todo se deba a la casualidad y a la inmensa chorra (entiéndase por suerte) de Don Abel pero ustedes comprenderán que los rojos tengamos malos pensamientos, no estamos ungidos de la gracia divina que el altísimo provee a sus más fieles lacayos. En fin, habrá que afiliarse al PP para tener suerte en los negocios.

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